La reflexología podal es una técnica milenaria que puede ayudarte a resolver muchos de los problemas de salud de tu hijo. Tus manos son un auténtico bálsamo para él. Antes de iniciar el masaje, deberás tener unas nociones básicas de reflexología y conocer dónde se sitúan los puntos reflejos. De todas formas, no te preocupes si no eres una experta. En un pie tan pequeño como el de un bebé, es difícil tratar un punto sin tocar el de al lado. Así que, no tengas miedo, ponte manos a la obra.
CONSEJOS Y PASOS A SEGUIR:
- Haz tú misma el masaje: tu hijo difícilmente se dejará tocar los pies por alguien que no sea de mucha confianza, así como papá y mamá son los más indicados para realizar una sesión de reflexología con él. Acude a un profesional para adquirir unas nociones básicas.
- Usa aceite o crema: unta tus manos ante de empezar el masaje que tus dedos se deslicen con mayor suavidad.
- Las manipulaciones, con delicadeza: con un bebé deben ser más sutiles y suaves que en un adulto. No dejará que le toquen si nota algún dolor en el pie.
- Busca el lugar idóneo: realiza el masaje en tu propia casa, en un rincón donde el pequeño se encuentre a gusto y le resulte familiar.
- La iluminación y la temperatura, suaves: si hace frío o calor, o la luz le da de lleno en los ojos le costará relajarse.