Incluso si tu hijo es de los que está acostumbrado a conseguir al instante siempre lo que desea, puedes enseñarle a ser más paciente. A lo largo del día, seguro que se presentan numerosas ocasiones que puedes aprovechar para que el niño vaya moderando poco a poco sus exigencias.
–Es muy importante predicar con el ejemplo. Si te desesperas cuando estás en un atasco o en la cola del supermercado, si no puedes esperar para comprarte una cámara nueva porque tiene dos pixeles más, aunque ya te regalaron una el año pasado o no puedes resistirte a comprar a tu hijo una camiseta cada vez que entras en una tienda, es muy difícil que comprenda que no se puede tener todo al momento.
–Aprende a decir no. Antes de negarte a una petición de tu hijo, sopesa si vas a mantenerte en tu posición. Si dudas, es mejor que esperes antes de darle una respuesta porque, si cedes ante su insistencia o porque te monta una pataleta o te hace sentir culpable, estarás enseñándole lo que tiene que hacer para conseguir lo que quiere
–Acostumbra a tu hijo a las esperas. Si es pequeño, serán de unos pocos segundos o minutos, pero, a medida que crece, las esperas pueden ser de días, meses e incluso años. Por ejemplo, a un niño de tres años que tiene hambre, puedes hacerle esperar unos minutos hasta que esté terminada la comida. Trata de hacerle entender, que no la puede comer cruda, que cada cosa tiene su tiempo.
–Utiliza la técnica del reloj. Cuando el niño tenga que esperar a que termines de hacer algo para atenderlo, conecta la alarma o dile que, cuando la aguja llegue a un momento determinado, le atenderás y, aunque no hayas terminado lo que estés haciendo, debes atenderlo. Sin que se de cuenta, se acostumbrara a esperar, aunque sea un ratito.
–Elógialo siempre que responda adecuadamente ante una espera. Si tu hijo te pide un helado antes de comer y ha aceptado sin protestar esperar a después de la comida, debes decirle lo contenta que estás por su comportamiento. Y trata de explícarle, porque es bueno que haga ciertas cosas primero y luego otras.
–Cumple lo prometildo. Si te interrumpe cuando estás hablando por teléfono y le has dicho que espere un minuto a que termines. No prolongues la conversación y le des la oportunidad de volver a interrumpirte, seguramente de esa manera no te creera y lo hará continuamente.