Aunque el herpes genital es bastante común, el riesgo de que el bebé se vea afectado es bajo, sobre todo si lo has contraído antes del último trimestre de gestación. Sólo uno de cada 60.000 partos se ve afectado por el herpes neonatal, lo que significa que la mayoría de las mujeres que tienen herpes genitales dan a luz bebés.
Es bueno asegurarse de que el ginecólogo y/o la matrona saben que tienes herpes, ya que si te contagias durante el primer trimestre, aumentan las posibilidades de aborto y parto prematuro y tendrás que discutir las opciones en el caso de que tengas otro brote en el momento en que te pongas de parto. Si evitas la utilización de instrumentos, minimizarás el riego de que la infección llegue al bebé y quizás tengan que aconsejarte una cesárea.