Este trimestre se caracteriza por la sobrecarga.
Se empiezan a notar las primeras contracciones uterinas. Y, al igual que ocurrió en el primer trimestre de embarazo con los movimientos fetales, esta nueva situación que experimentas, te atemoriza o desconcierta. De nuevo, surge la intranquilidad por el deseo constante de sentir al bebé dentro del útero; se tienen miedos y pensamientos negativos al imaginar que el pequeño va a nacer con malformaciones, vamos a fallecer durante el trabajo de parto o, incluso, la embarazada detesta la sensación de abultamiento extremado en su vientre. De hecho, se pueden llegar a padecer depresiones y fantasías celosas en relación a la pareja, soñando con que tenga relaciones con otras mujeres mucho más bellas.
Los miedos más intensos se experimentan al pensar en el parto: si sufrirás mucho, cómo será ese anhelado momento, te sentirás arropada por el cuadro médico, entenderán tus emociones al ver a tu bebé,… Todas estas, son sensaciones normales durante la espera.
En este período, las relaciones sexuales suelen aminorarse, debido a que, disminuye la líbido o se tiene miedo a perjudicar al bebé. Pero, salvo en ciertos casos en los que están totalmente contraindicadas médicamente, no son tan dañinas, ya que: favorecen la armonía de la pareja; se aminoran los celos de ambos; en otros casos, se liberan ansiedades; además, benefician la elasticidad y flexibilidad de los músculos perineales.
Un aspecto a tener en cuenta es el entorno. Los temores, el desazón o la ansiedad, se pueden ver incrementados con las «predicciones», «opiniones» o «consejos» de las personas que te rodean, aunque tengas confianza con ellos, sean personas a las que quieres por encima de todo o lo hagan con buena intención. Es, en estos casos, cuando debes medir la confianza en tí misma y ser conocedora de tus limitaciones y capacidades futuras.
No obstante y, según todo lo expuesto anteriormente, hay que tomar conciencia de que el parto es un fenómeno natural fisiológico, por tanto, se debe afrontar con la mayor serenidad y sosiego. Los períodos de ansiedad se pueden ver aminorados con las pautas fijadas por los profesionales y el apoyo que te puede brindar tu pareja. Por tanto, será muy importante, la concentración en el esfuerzo físico que vas a realizar, escuchando las indicaciones que te vayan proponiendo.