Mamá del alma o simplemente mamá. Ser madre no es únicamente un hecho biológico. Se trata de una experiencia de amor y de entrega que parte del corazón, y que se alimenta de un profundo deseo: tener un hijo. El día de la madre se trata de una celebración que se remonta a la antigüedad y que encierra un significado mucho más profundo. De hecho, aunque no necesariamente en la misma fecha, se festeja en todo el mundo.
Algunos detractores sostienen que el día de la madre es un “invento” de la sociedad de consumo, que responde a fines netamente comerciales, y que, no pasa de ser algo frívolo que pone a muchos hijos en el compromiso de comprar un regalo, o de compartir un almuerzo o una cena, a veces a desgano. Sabemos que esto es verdad que lo piensan y lo sienten muchos hijos,….es muy triste, y que difícil es encontrar una palabra para definirlo mejor.
Pero lo cierto es que la maternidad se lleva a cabo todo el año, de día y de noche, haga frío o calor, invierno o verano,….Mamá se es los 365 días, pero solo uno se la festeja. Y todo lo que se pueda inventar para hacer y compartir en su día resulta trivial si se lo compara con lo que ella significa en nuestras vidas.
El psiquismo femenino tiene una característica que le es propia, que no está presente en el género masculino, y es precisamente el mundo psicológico de la maternidad. No es lo mismo “parir un hijo” que “ser una madre”. De hecho, hay muchas madres biológicas que no desempeñan su función maternal, así como tantas otras que son verdaderas “madrazas” sin haber engendrado, como es el caso de las mamás adoptivas.
Pero lo cierto es que la experiencia de la maternidad verdadera, es decir el “devenir madre” y no solo “parir un hijo”, representa un impacto emocional trascendente en la vida de toda mujer. Convertirse en madre es un hecho culminante y perdurable, porque ser mamá es para siempre, y es mucho más que una palabra.