Si tu bebé se frota los ojos con insistencia y los tiene enrojecidos es posible que la haya pillado. Pero no te preocupes más de la cuenta, se cura en pocos días. La conjuntivitis es la inflamación de la capa más superficial del ojo, fina y transparente, esta envoltura del ojo está veteada por pequeños vasos sanguíneos. La inflamación no siempre está causada por una infección vírica o bacteriana, también puede deberse a una alergia, a la presencia de un cuerpo extraño en el ojo o a la exposición a una sustancia química.
- ¿Qué síntomas tiene?
El primero es la molestia y quemazón en los ojos que invitan al niño a frotárselos, aunque el más evidente es el enrojecimiento de la conjuntiva. También aparecen secreciones blancas, amarillas o verdosas, sobre todo
las conjuntivitis causadas por bacterias. Si se debe a una alergia hay más escozor que secreciones y los síntomas son más mantenidos. Al lagrimeo se añaden los estornudos y el moqueo.
- ¿Como se contagia?
Sólo se contagian las que tienen un origen infeccioso por bacterias o virus, ya sea por contacto directo o indirecto con las secreciones de un ojo infectado. Por esa razón es importante extremar las medidas de higiene. Si tu hijo tiene conjuntivitis, lávate las manos antes y después de curarle. Y si eres tú quien la tiene, lo mismo. Es importante que las toallas sean de un sólo uso y que cuando se apliquen colirios u otros medicamentos no se compartan los frascos.
- ¿Cual es el tratamiento?
Las bacterianas se tratan con antibióticos en gotas o pamadas. Cada uno tiene ventajas e inconvenientes: las gotas son muy efectivas pero deben ponerse varias veces al día y no todos los bebés colaboran; las pomadas pueden ser molestas porque nublan poco la vista pero, por otro lado, se aplican menos veces al día. El oftalmólogo decidirá según el caso o la edad del bebé.