A partir de los tres meses de vida, el niño es capaz de sostener la cabeza cuando se le coloca sentado o incorporado. No obstante, siempre tendrá que estar sujeto por un adulto.
Es importante destacar que, no es conveniente que pase mucho tiempo sentado o en posición vertical; ya que, no siempre estará en brazos de alguién que sepa sujetar su delicada espalda. Por otra parte, las hamaquitas, aunque sean muy ergonómicas, no dejan la columna en la posición correcta.
Así pues y, según lo dicho anteriormente, puede estar sentado a ratitos, siempre que su espalda se mantenga recta y bien sujeta.
Nota: hay que procurar que el bebé permanezca el mayor tiempo posible acostado o tumbado, hasta que tenga la edad adecuada.