Debemos tener en cuenta cuál es el motivo que provoca la situación de pena en tu hijo. Si es una pena pasajera, provocada por una situación externa que ha tenido lugar, sabremos de antemano que la superará con el paso del tiempo. Pero si la pena se produce sin explicación lógica hay que establecer unas pautas de actuación.
Te enumeramos ciertos consejos:
- Hasta que llegue el momento en el que encuentres el motivo que la provoca es aconsejable intentar comunicarse con él continuamente.
- Debemos ayudarlo a aliviar esas situaciones penosas y tan duras de sobre llevar por parte del niño.
- La conversación suele ser un buen aliado de estas situaciones, hay que tener mucha paciencia
- Comparte con él vivencias alegres que puedan modificar su carácter tan negativo y apocado.
- No creas que es menos feliz porque tenga un carácter más taciturno que los demás, no tiene por qué ser condicionante de futuras desgracias, cada niño es distinto y muchas veces feliz a su manera, hay que respetarlo.
- Es más fácil a veces intentar entenderlo que pretender cambiar su peronalidad por muy distinta a la nuestra que ésta sea.