Inmunizarlo (vacunarlo) es el mejor método para proteger a tu bebé frente a algunas enfermedades que pueden poner en peligro su vida.
Desde la introducción de las vacunas, la incidencia de enfermedades que pueden llegar a ser fatales ha descendido. Durante un tiempo circularon informaciones negativas sobre la vacuna triple vírica. En algunos países, los padres optaron por no vacunar contra el sarampión, las paperas y la rubeola. El resultado fue un aumento de los casos de niños afectados por estas enfermedades. Hoy los investigadores afirman que la triple vírica es absolutamente segura.
Con las vacunas, tu bebé recibe una pequeña dosis de virus para que produzca anticuerpos. Si posteriormente vuelve a entrar en contacto con la enfermedad, su cuerpo resultará inmune, puesto que los anticuerpos lucharán contra los virus.Según la Asociación Española de Pediatría, es raro que las vacunas produzcan reacciones serias. Sin embargo, los riesgos de contraer una enfermedad grave por no administrar la vacuna son mucho mayores.
Las vacunas suelen administrarse a los dos, cuatro y seis meses. Tu pediatra o enfermera te indicarán cuándo debe vacunarse tu bebé. En caso de duda siempre puedes contactar con ellos y consultarles.
Si el niño no se encuentra bien después de recibir la vacuna o sí tiene fiebre (más de 37,5° C), puedes darle la dosis recomendada de paracetamol para
aliviarle. Si tienes alguna pregunta sobre la reacción de tu bebé tras la vacuna consulta a tu médico.
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