La relajación muscular consiste en percibir primero el estado de tensión de los músculos para luego distenderlos y sentirlos blandos y sin tensión alguna.
Para qué sirve:
Es ideal para liberar todas las tensiones del cuerpo, recuperar la energía y controlar las emociones.
Cómo se hace:
- Elige un lugar tranquilo, a poder ser con poca luz. Aíslate del ruido e intenta no ser interrumpida.
- Túmbate boca arriba y cierra los ojos. Según el método Jacobson, escoge una parte de tu cuerpo (brazos, hombros, piernas, etc.) y concéntrate sobre sus músculos.
- Inspira contrayendo, por ejemplo, los músculos del brazo.
- Bloquea tu respiración el mayor tiempo posible.
- Espira relajando los músculos.
- Repite el ejercicio en el otro lado (el brazo opuesto) y luego pasa al grupo muscular siguiente. Lo ideal es alternar la tensión y el relajamiento muscular de todos los músculos del cuerpo, desde la cabeza hasta los pies.
Se puede hacer algunos minutos, muchas veces al día, o en sesiones más largas de 10 a 30 minutos. Si lo deseas también lo puedes hacer en posición sentada.