Parto en el agua: ¿Es recomendable?

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El parto en el agua es un método natural, reconfortante y relajante de dar a luz. Para muchas mujeres, la idea de dar a luz en el agua suena como una forma pacífica y natural de traer un niño al mundo.

Algo a tener en cuenta es que los partos en el agua son cada vez más populares entre las mujeres que quieren intentar un parto natural y utilizar pocos analgésicos durante el proceso de parto. Pero, ¿cuáles son los riesgos y las ventajas? ¿Deberías tener un parto en el agua? La seguridad y la conveniencia de dar a luz en el agua se debaten con frecuencia.

Este artículo explora los riesgos y beneficios del parto en el agua, y los factores que debes tener en cuenta antes de tomar una decisión.

¿Qué es el parto en el agua?

banera para parto en el agua

Un parto en el agua es el proceso de dar a luz en una bañera o piscina caliente. Los bebés nacen de forma natural, en medio del calor, la flotabilidad y la seguridad del agua. Las luces son tenues y el ambiente es tranquilo y sosegado.

La mayoría de los centros de maternidad y hospitales ofrecen ahora la opción del parto en el agua. Independientemente de dónde te encuentres, un profesional cualificado debe estar presente durante todo el parto para garantizar una experiencia segura y cómoda.

Los beneficios del parto en el agua

parto en el agua

Las mujeres que han tenido partos en el agua suelen contar una experiencia más positiva, incluso eufórica. La flotabilidad del agua contrarresta los efectos de la gravedad, lo que puede hacer que el parto sea más cómodo.

Se cree que el agua ayuda a las futuras madres a relajarse y a liberarse de cualquier miedo o tensión. Las mujeres manifiestan una mayor sensación de control durante el parto. Algunas madres sienten que sus contracciones son menos dolorosas en el agua, y pueden controlar mejor el dolor sin necesidad de medicación.

Además, algunas mujeres han tenido como experiencia al realizar un parto en el agua que es muy relajante y que ayuda a aliviar el estrés y calmar al bebé recién nacido. Sumergirse en agua caliente también puede ayudar a regular la tensión arterial, manteniéndola baja cuando es demasiado alta y aumentándola cuando es demasiado baja. Esto puede ayudar con el dolor y la comodidad general.

Otro beneficio muy importante es que resulta fácil moverse y reposicionarse durante el parto, lo que puede ayudar a que las contracciones progresen suavemente y sea más fácil el proceso, por lo que el parto ocurre en menos tiempo.

Los riesgos del parto en el agua

En general, el parto en el agua se considera seguro tanto para la madre como para el bebé. Sin embargo, existen algunos riesgos, y es importante estar informada y trabajar con tu profesional sanitario para decidir qué es lo mejor para ti. En algunos casos, sobre todo cuando un embarazo se considera de alto riesgo, un experto desaconsejará el parto en el agua. Como cualquier forma de parto, pueden producirse complicaciones.

Entre ellas: mayor riesgo de embolia de líquido amniótico, aspiración neonatal, dificultad para controlar al bebé, deshidratación y abrasiones en la piel del bebé. El calor y el ambiente húmedo también pueden aumentar el riesgo de infección tanto para la madre como para el bebé.

Otro posible riesgo es que el cordón umbilical podría romperse antes de que el bebé salga del agua y el bebé podría respirar agua.

¿Quién es una buena candidata para el parto en el agua?

Para ser considerada una buena candidata para el parto en el agua, una mujer debe estar sana y tener embarazos y partos de bajo riesgo. Esto significa no padecer enfermedades preexistentes que puedan complicar el parto, como diabetes, hipertensión o anemia.

Es importante gozar de buena salud y tener una sólida red de apoyo. Todas las mujeres que planeen un parto en el agua deben hablar antes con su médico y su dentista.

También se recomienda que las mujeres que den a luz en el agua dispongan de un plan de respaldo para aliviar el dolor, ya que no todas las mujeres consideran que la inmersión en el agua sea suficiente para controlar el dolor.

Otro punto a tener en cuenta es que tienes que tener más de 17 años y menos de 35. Tampoco es recomendable si estás esperando gemelos, si el bebé está en posición de nalgas, o si el bebé es de gran tamaño.

Palabras finales…

La decisión de tener un parto en el agua es personal. Sólo tú puedes decidir qué es lo mejor para ti y para tu bebé. Para tomar la mejor decisión para ti y tu familia, habla con tu médico o comadrona e investiga mucho.

Tómate tu tiempo para informarte sobre las ventajas y los riesgos del parto en el agua antes de tomar una decisión. Lo más importante es tener un ambiente seguro, tranquilo y cómodo durante el parto. ¡Buena suerte en tu viaje hacia la maternidad!

Fotos: Freepix y Unsplash.

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