Para muchas mujeres, la gestación es un período bastante largo, sobre todo a partir de la semana 35 de embarazo. Esto es debido, en gran parte, a que el volúmen de la tripa dificulta la realización de muchas de las tareas cotidianas: como vestirse, ducharse o, incluso, atarse los zapatos. Así mismo, el ritmo diario es bastante lento porque muchas veces la gestante se fatiga al hacer el mínimo esfuerzo.
Lo comentado anteriormente, se suma al nerviosismo de comprobar que ya ha llegado a la fecha prevista de parto y, no ocurre nada, las contracciones todavía no aparecen. No obstante, la ansiedad no es beneficiosa para el feto.
Si el médico comprueba que la evolución de la gestación es correcta, hay que confiar en él, tratando de realizar actividades que nos permitan unos momentos de distracción; así, no pensaremos mucho en el gran acontecimiento que cambiará la vida de la mujer. Porque, tarde o temprano, va a llegar.
La duración estimada del embarazo es de 280 días, contados a partir del primer día de la última regla. Aunque se considera normal que el pequeño nazca entre la semana 37ª y 42ª de gestación.
Sin embargo, la fecha tomada como referencia para saber cuándo se sale de cuentas, es aproximada; debido a que los cálculos también dependerán del ciclo menstrual de la gestante (si es más corto o más largo, cambiará).
Normalmente, la ecografía realizada en la semana 11ª, determina con mayor exactitud la edad gestacional; ya que, en ella, se puede observar con bastante detalle el desarrollo evolutivo del feto.
Nota: cuando el ciclo menstrual es muy irregular o la fecha de la última regla no se sabe con exactitud, se suele hacer una ecografía en la semana 7ª u 8ª de embarazo.