Preguntas sobre la nutrición infantil (I)

Baby drinking water2

Primera parte. Te ofrecemos una serie de dudas y preguntas sobre la nutrición infantil, que tanto preocupa a las mamás y papás.

1.Mi hijo tiene 8 meses, ¿tiene que beber agua, además de la del biberón?

La principal base de la alimentación del bebé en los primeros meses es la leche, ya sea materna o leche infantil cuando la lactancia materna no sea posible. La leche se compone de un 90 % de agua, con lo cual es difícil que un niño llegue a deshidratarse, a pesar de que los bebés son muy sensibles a la deshidratación.
Mientras el niño sólo toma leche no es necesario darle agua, le basta con la que le aporta la leche. Cuando se comienzan a introducir nuevos alimentos en su dieta (4-6 meses) podemos empezara ofrecerle agua mineral, tanto durante como entre las comidas, especialmente en los meses de calor. Las necesidades de agua se cubren con el 50 % del agua de bebida y e150 % del agua presente en los alimentos. Cuando haga calor o el niño realice una actividad física suplementaria o cuando tenga fiebre o diarrea, habrá que aumentar las cantidades habituales de agua. La sed es uno de los mecanismos mejor regulados, ya que cuando se necesita agua simplemente se tiene sed; así no se debe forzar al niño a beber agua, sólo ofrecérsela de vez en cuando para que pueda
saciar su sed.
No obstante, la introducción del agua en la rutina diaria de un niño no debe desplazar la toma de leche. El bebé deberá tomar como mínimo 500 ml de leche materna o infantil diariamente hasta por lo menos el año de edad.

2. ¿Se debe añadir sal a los purés de los bebés?

Los expertos en nutrición infantil recomiendan no añadir sal a los purés que se preparan para los bebés. Ellos tienen unas necesidades de sal inferiores a las de los adultos, por lo que les basta con el sodio que aportan de manera natural los alimentos. Además, los bebés no nacen con unas preferencias gustativas totalmente establecidas, sino que las van adquiriendo a lo largo de los 2-3 primeros años de vida. Por eso es importante acostumbrar el paladar del lactante a sabores suaves y naturales en lugar de sabores excesivamente salados para protegerlo de efectos negativos a largo plazo como la hipertensión.

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