• El amamantar no debe producir dolor, si la posición y el acoplamiento es el adecuado y si los pezones están sanos. Cuando aparece el dolor significa que existe un problema. La mayoría de las veces es la expresión de un mal acoplamiento de la boca del bebé al pecho.• Otro problema, mucho menos frecuentes, es la presencia de micosis (hongos), en este caso, el pezón y la aréola se presentan de color rosado. Debe consultarse al médico inmediatamente y, tanto la mamá como el bebé, deberán recibir tratamiento antimicótico al mismo tiempo.
• Las grietas y las fisuras se producen por mala técnica de amamantamiento. Cuando es leve se corrige con la técnica adecuada. Después de cada mamada se debe cubrir el pezón y la aréola con leche. Una vez que se producen las grietas es aconsejable la posición sentado a caballito sobre la pierna de la mamá para darle de mamar.
• La congestión mamaria es la retención de leche que se produce por el vaciamiento insuficiente de los senos, ya sea porqué el bebé no extrae toda la leche o porque toma el pecho en forma poco frecuente. Para evitar la retención se recomiendan masajes, calor local, usar distintas posiciones de amamantamiento y evitar la compresión externa debida al uso de corpiños ajustados.
• La mastitis es un proceso infeccioso en el seno, que se produce más frecuentemente cuando se infecta una grieta del pezón. Otra causa es la obstrucción de los conductos lactíferos con acumulación de leche, lo que favorece la congestión de la zona de la mama y posteriormente su infección. Por ello es importante que el bebé vacíe bien el pecho en cada mamada. Los síntomas pueden ser enrojecimiento y dolor intenso en la zona (generalmente en un solo seno). También puede estar acompañado de malestar y fiebre. Se debe consultar inmediatamente al médico que indicará reposo, calmantes y antibióticos.