Es una medida que nos indica cómo está una parte de la coagulación de la sangre, la que es dependiente de la vitamina K. Sólo cuando los niveles están muy bajos aparece sintomatología. Se consideran bajos si el nivel es inferior al 70%.
Los síntomas aparecen cuando está por debajo del 50%. Un niño sano puede tener niveles anormales como consecuencia de alguna medicación prolongada con antibióticos, antiepilépticos, etc. Sin embargo, cuando se deja de administrar, se recuperan los valores normales.