La dispraxia en niños, es una «enfermedad» poco común… de hecho hay estudios que hablan de un 2% de afectados. Realmente es poco conocida y también se la denomina como «síndrome del niño torpe» Esta última denominación no me gusta nada, pero hace referencia a los síntomas de esta alteración psicomotriz.
La dispraxia en niños, la reconoceremos por la lentitud de sus movimientos, dificultades en la coordinación del mismo o la torpeza. Puede afectar a la lectura, al escribir o incluso a acciones tan sencillas como atarse los cordones, botar el balón o peinarse. El niño puede tener algunos de estos síntomas y no necesariamente tener esta entidad.
La dispraxia en niños, se puede ver a partir del año de edad. Pero son más evidentes a medida que crecen. Entre los 5 y 11 años, los síntomas son muy visibles. Este problema afecta a diferentes áreas y niveles, del pequeño. Puede afectar al habla y al desarrollo emocional. Existen diferentes «tipos o niveles» de dispraxia.
Los grupos musculares pueden verse afectados. Incluso puede que no puedan atarse los zapatos o realizar acciones sencillas, que otros niños las hacen a esa edad. Dependiendo del grado que tenga tu hijo, a veces puede afectar a la comprensión. Su memoria espacial se verá afectada. A veces le costará mover o coger objetos. Si tu hijo tiene alguno de estos síntomas, no significa que tenga esta enfermedad. Pero si ves anomalías o comparte unos cuantos de estos síntomas, es mejor que le lleves a un especialista.
El médico le hará las pruebas oportunas para cerciorar el resultado. Puede que tu hijo no tenga ningún problema, pero a veces es necesario acudir al médico para eliminar las dudas. En el caso de que tenga esta enfermedad, debes informarte bien y hablar con el médico para buscar posibles tratamientos.