El verano es una época de altas temperaturas. Todo el mundo suele asociar el verano a relax, descanso, viajes, diversión… pero estando embarazada la cosa se ve de otra manera más bien distinta. Lo importante es no perder la energía y la vitalidad y, para ello, hemos confeccionado una serie de tips para que este periodo de calor sea más llevadero. No desesperes, siguiendo estos consejos podrás disfrutar del verano como uno más.
Dieta equilibrada y energizante
Lo más importante en esta etapa es cubrir todas las necesidades del bebé y de la madre con una dieta saludable. No obstante, es preferible no comer en exceso para evitar digestiones pesadas. Por ello, aconsejamos evitar alimentos grasos, picantes o ligeramente condimentados. Por otro lado, consumir productos que contengan hierro, para prevenir la anemia, o ácido fólico, clave para el desarrollo del cerebro y la médula espinal del bebé, es fundamental para un embarazo saludable. Este último, se encuentra de forma natural en las espinacas, las lentejas, los espárragos o las fresas. Los suplementos vitamínicos, siempre recetados por un médico, pueden ser de gran ayuda para evitar el agotamiento en verano.
Hidratación
Beber agua y otros líquidos, como zumos, de manera frecuente, es primordial para mantener el cuerpo hidratado en época de altas temperaturas, además de ayudar a sobrellevar el calor, a eliminar toxinas y a evitar la retención de líquidos. Asimismo, la fruta es muy buena opción por su alto contenido en agua.
Descanso
El calor baja mucho la tensión, por lo que es muy probable sentir un gran agotamiento físico. Dormir lo necesario, mínimo 8 horas diarias, es recomendable para afrontar el siguiente día con energía. Si te cuesta conciliar el sueño, haz ejercicio (sin grandes esfuerzos) para llegar cansada a la noche.
Mantente saludable
Mantenerte en forma y tener hábitos de vida saludables durante el embarazo es importante tanto para tu bienestar como para el del bebé. Los beneficios de hacer deporte son muchos. Además de aumentar la energía y la vitalidad y el estado anímico, determinados ejercicios te pueden ayudar a aliviar los múltiples síntomas asociados al embarazo, desde el dolor de espalda hasta el estrés.
Por ejemplo, nadar o practicar aeróbic acuático son buenas opciones, a la vez que te refrescas. Con el agua sustentando tu cuerpo, no dañarás las articulaciones como en actividades de gran impacto como correr. Además, tonificarás músculos y mejorarás la circulación. Por otro lado, practicar yoga puede tener un efecto relajante, sobre todo en lo que a respiración, relajación y sintonía con el cuerpo se refiere, todos ellos, factores importantes en el camino hacia el parto.
Por último, aunque no supone un esfuerzo como para liberar endorfinas, realizar los ejercicios de Kegel es un hábito que se debería adquirir antes y durante el embarazo. Esta rutina sirve para fortalecer los músculos del suelo pélvico que ofrecen soporte al útero, la uretra, los intestinos y el ano. Estos órganos pueden sufrir daños durante el embarazo y el parto y derivar en una incontinencia. Al mejorar la circulación, también ayudan a prevenir las hemorroides y a que las mujeres tengan mayor control de sus músculos durante el parto. Más o menos, a los seis meses de dar a luz se puede continuar practicando esta rutina con ejercitadores.
Usa ropa ligera
Llevar ropa cómoda y fresca ayudará a hacer frente al calor asfixiante de agosto. Tejidos como el algodón, la seda y el lino en colores claros son los más recomendables, siempre y cuando no sean demasiado apretados. Las prendas muy ceñidas pueden provocar exceso de sudoración y posibles infecciones en los pliegues de la piel.
Cuida la piel
Además de ropa fresca para evitar sudar, es importante proteger la piel de los rayos UV con un elevado factor de protección. Además, hidratarse es fundamental para una piel suave y sana.