Las mujeres embarazadas, y las que están intentando quedar embarazadas, no deben consumir grandes cantidades de cafeína. Tomar demasiada cafeína en el embarazo es perjudicial para la futura madre y para el bebé. La cafeína no sólo está presente en el café si no también en los refrescos de cola, en algunas infusiones, tés o mates, chocolates, y en algunos medicamentos. Algunos estudios sugieren que consumir mucha cafeína reduce ligeramente el peso del bebé al nacer, incluso, puede provocar un aborto.
Si eres una amante del café no es necesario que dejes de tomarlo por completo durante la gestación. Sin embargo, si reduces el consumo de cafeína, te sentirás mejor. Es un estimulante, de modo que acelera el ritmo cardiaco y también puede subir un poco tu presión sanguínea. Un alto consumo de cafeína durante el embarazo puede aumentar en doble el riesgo de aborto espontáneo, de parto prematuro, de retardo en el crecimiento intrauterino del feto, de bebés con bajo peso. Además, la cafeína contiene unos compuestos llamados fenoles que dificultan la absorción de hierro. Esto es muy importante, porque muchas embarazadas suelen estar bajas de hierro.