El embarazo es una etapa en la que se produce una profunda transformación en la vida y, como sucede siempre que existen grandes cambios, hay más actividad emocional e intelectual. Aparecen sensaciones nuevas y pensamientos que antes nunca se habían tenido. Esto, unido a los cambios hormonales y físicos que se producen y que también afectan directamente a las emociones, hace que lo vivido durante el día se desborde y se manifieste en el sueño de una manera muy intensa.
Los sueños durante el embarazo están relacionados directamente con las preocupaciones que todas las mujeres tienen ante la maternidad: dudas sobre si el bebé estará sano, si lo sabrán cuidar, si serán buenas madres… Si los sueños son raros o extraños, pero no producen angustia, no hay que preocuparse, pero si surgen pesadillas con frecuencia y la ansiedad que éstas provocan no desaparece durante el día, conviene hablar de ellos con la pareja e, incluso, con algún psicólogo que ayude a entenderlos y a superar los miedos.