Enumeramos pequeños consejos o trucos para «aficionarle» a comer frutas y verduras.
1. Familiarízale con ellas: Cuanto más cotidianos le resulten esto, alimentos, menos recelos mostrará a la hora de comerlos. Una buena idea es ir con él al mercado, para que vea la gran variedad de opciones que existen. Otra estrategia muy efectiva es implicarle en la preparación.
2. Saca partido al color: Una de las bazas que tienen estos alimentos es la variedad de colores y texturas. así que puedes utilizarlas a tu favor incluyéndola como un juego. Ahí van algunas ideas: reproducir en el papel los tonos de la piel del calabacín o el brillo de las manzanas; animarle a comparar las diferentes texturas del pepino, el tomate y la patata, por ejemplo…
3. Utiliza otras formas: La ensalada o un plato de acelgas producen un rechazo casi inmediato en los más pequeños, así que hay que agudizar el ingenio. Las verduras asadas, por ejemplo, hacen que estos alimentos sepan más sabrosos, además de ofrecer la posibilidad de preparaciones curiosas y atractivas, como el papillote (envolver los ingredientes formando un paquete bien cerrado y cocerlos a temperatura media). El rito de descubrir la «sorpresa» que hay dentro del envoltorio les predispone a consumirla.
4. Variación de formas: Utiliza los moldes para hacer galletas o los específicos para dar forma a las frutas y verduras y atrévete a elaborar casitas y soles de calabaza, corazones de manzana, flores de alcachofa…
5. Como podemos ocultarlas : Los purés, las cremas y los pasteles son las mejores opciones para «colarles» la verdura sin que se den cuenta. Añadirles suplementos del tipo picatostes o queso rallado consigue disuadir a los más reticentes. La bechamel (mejor casera) es un «envoltorio» estrella .
6. Mejor, en la cena: Por regla general, los menús escolares suelen ser bastante básicos en lo que a la introducción de verduras se refiere, así que el mejor momento para ofrecerlas a los niños de forma creativa es la cena, siendo muy importante que ésta se haga en familia, tal y como ha demostrado una reciente investigación realizada en el Harvard Médica] School (EEUU), según la cual, aquellos niños que cenan con sus padres ingieren más frutas y verduras.