Los pescados aportan, al igual que las carnes, proteínas de alta calidad. La carne se puede introducir a partir de los 6 meses. El pescado se suele introducir un poco más tarde, generalmente a partir de los 8 meses, para evitar el desarrollo de alergias, ya que es un alimento más alergénico que la carne. Se suele empezar con el blanco, que es más suave que el azul. Deberás tener mucho cuidado de que no se cuele ninguna espina.
Los pescados blancos que se dan con más frecuencia a los bebés son la merluza, el lenguado y el rape, aunque hay muchos otros. Así, se añade en un principio en pequeñas cantidades al puré de verduras. Esta novedad en la alimentación de tu hijo le aporta variedad ya que ahora podrás ir alternando los purés de carne con los de pescado. El azul no se introduce en su alimentación hasta los 12 meses de edad. El salmón puede ser una buena opción ya que, entre otras ventajas, su espina central se elimina con facilidad.