La fiebre en niños pequeños es una de las causas más frecuentes por las que los padres van a urgencias de pediatría. La fiebre, por sí misma, no es una enfermedad, sino un signo que acompaña a algunas enfermedades. Cuando el niño pasa a tener 37, 5
La fiebre se define como un mecanismo defensivo del organismo contra una infección, un síntoma que alerta de la presencia de un problema, y que no siempre debe ser tratada.
Lo que más debe importar a los padres cuando su hijo tiene fiebre es saber la causa que la produce, que puede ir desde infecciones, a otros problemas como la deshidratación, por lo que no se trataría tanto de controlar el síntoma como de diagnosticar y tratar apropiadamente el motivo que lo genera.
Una de las ventajas importantes que ofrece la fiebre para el niño que la padece es que le ayuda a fortalecer su sistema inmune. Por ello, debemos tratar la fiebre cuando es muy alta, ya que cuando no, no debe porqué ser mala. Sin embargo, en cualquier caso, se recomienda llevar al bebé al médico.
Remedios caseros para bajar la fiebre:
- meterle en una bañera llena de agua
- ponerle paños de agua fría en la cabeza y las extremidades
- mantenerle bien hidratado y con poca ropa
- Corte una patata en rodajas y póngasela en las plantas de los pies.
- Remójese los pies en agua caliente. Después meta unos calcetines en agua fría. Exprímalos y póngaselos antes de acostarse.
- Mezcle cinco cucharadas de requesón con unas gotas de vinagre y añada leche hasta formar una pasta no muy espesa. Moje unos paños de lino en la mezcla y aplique las compresas alrededor de las pantorillas.
Imagen: padres.facilisimo