Continuamos ofreciéndote más información sobre los tarritos, que sin duda son una buena alternativa cuando no tienes tiempo de preparar la comida del bebé en casa. (3era parte)
- Son cada vez más saludables
Hay que tener en cuenta que, como todo, el mundo de los tarritos también ha evolucionado y se va adaptando a los nuevos tiempos. En este sentido, y como consecuencia de la preocupación por el aumento de la obesidad infantil en nuestro país, el ministerio de Sanidad tomó medidas para rebajar hace unos años la cantidad de ácidos grasos «trans» (un tipo de grasa muy poco saludable que se comporta como las grasas saturadas e incluso peor) que podían contener los alimentos para lactantes y niños menores de tres años, en consonancia con la adopción de medidas similares por parte de la Unión Europea, dentro de la estrategia global de promoción de hábitos saludables entre sus ciudadanos.
Hay que tener en cuenta que la propensión a engordar se gesta, a menudo, en los primeros meses y años de vida de las personas. Un niño obeso tiene, por tanto, muchas probabilidades de serlo también de adulto y cargar de por vida con los problemas derivados de una excesiva acumulación de lípidos, como han acreditado investigaciones científicas en todo el mundo. Así, se fijó rebajar un 25% los niveles de ácidos grasos “trans” contenidos en papillas, tarritos y otros de los alimentos preparados de la dieta de lactantes y postlactantes menores de tres años.