En función del momento en el que el bebé nazca, antes, después o en el momento indicado, se hable de distintos términos, causas y consecuencias. En este caso, os hablaremos del embarazo posmaduro y el bebé posmaduro.
El embarazo posmaduro, o embarazo prolongado, representa entre el 5 y el 8% del total de los partos, y es considerado de alto riesgo por condicionar una mayor morbimortalidad perinatal. No obstante, no debemos de asustarnos si nuestro embarazo se ha retrasado. Si estás en esta situación, lee por completo este artículo y verás como se trata de una situación que no tiene por qué tener un mal desenlace.
El embarazo posmaduro: ¿qué es, causas y qué riesgos conlleva?
El embarazo posmaduro es aquel embarazo prolongado, cuya duración es mayor de 294 días o 42 semanas. La última semana del embarazo, según la fecha prevista, quizá sea el momento de mayor ansiedad para la mujer embarazada, ya que se aproxima el parto. Sin embargo, a muchas mujeres les sucede que transcurre la fecha prevista por el doctor y aún no sienten los dolores de parto, por lo que la espera resulta aún más angustiosa. La mayoría de las mujeres dan a luz entre la semana 38 y la semana 41 de embarazo pero cuando un embarazo dura más de 42 semanas se le llama posmaduro y no es algo muy común, sólo sucede en algunos casos.
Existen varias causas del embarazo posmaduro que cabe tener en cuenta:
- Una puede ser que la fecha que creíamos indicada para el parto se haya calculado mal, es simplemente un error en el cálculo. Si la fecha del último período no es correcta, la fecha prevista del parto será también incorrecta. Cuando es así, no debemos de preocuparnos.
- En otro casos, aún se desconoce el por qué de este embarazo tardío. No obstante, hay una serie de factores fetales, mecánicos y hormonales que pueden estar relacionados. Uno de ellos es la disminución de estrógenos y progesterona, otro es la disminución del volumen uterino, y por último que se trate de un feto anencefálico, los cuales prolongan su gestación.
El bebé posmaduro: riesgos para la madre y el bebé
Hoy en día, existen cuidadosos protocolos que los médicos siguen para evaluar la situación concreta de cada embarazo posmaduro y así decidir cuando realizan la cesárea necesaria para no prolongar más el parto y que todo salga a la perfección.
Y es que, su prolongación más de lo debido implica ciertos riesgos para la salud del bebé y de su madre como consecuencia de que la placenta deja de perder sus propiedades y no funciona tan bien como antes, el líquido amniótico comienza a disminuir, y otras consecuencias de superar las 42 semanas.
Los bebés posmaduros pueden nacer con síndrome de posmadurez, lesión fetal, aspiración de meconio o macrosomía, o incluso si realmente se complica el proceso, pueden nacer sin vida.
Veamos uno a uno estas posibles consecuencias del bebé posmaduro:
- Síndrome de posmadurez: se basa en el aspecto físico del bebé que tendrá su piel mucho más arrugada de lo normal y con un tinte amarillo o verdoso como consecuencia del tiempo que ha estado expuesto al meconio. Además, el cuerpo es largo y delgado.
- Lesión fetal: los bebés posmaduros suelen pesar más de lo normal y durante el parto pueden darse distintas lesiones como la parálisis del plexo braquial, del nervio frénico, fracturas de húmero, clavícula y cráneo y céfalohematomas.
- Aspiración de meconio: se trata de un problema respiratorio que puede dar lugar a una neumonía. Los recién nacidos con este problema pueden presentar hipertensión pulmonar.
- Macrosomía: cuando el bebé pesa más de 4,5 kg se llaman macrosómicos y su parto puede resultar en un traumatismo materno y/o fetal por el parto prolongado y la dificultad de extracción del feto.
Dicho esto, y aunque el retraso del parto pueda resultar estresante si pensamos en todas sus consecuencias, lo cierto es que de la tranquilidad de la madre depende el resultado final. Así que, el mejor consejo que te podemos dar si tu día de parto ha pasado es que te relajes y confíes en los médicos que te están tratando, los verdaderos profesionales que cuidarán de ti y de tu futuro bebé.
Ellos tendrán en cuenta un montón de factores, además de dos importantes variables: el NST y el índice de líquido amniótico. El primero es el llamado No Stress Test que mide el cambio más significativo en la disminución de la variabilidad latido a latido, mientras que el segundo hace referencia a la cantidad de líquido amniótico de lo cual depende la morbilidad. Otras cuestiones a considerar es el C Stress Test, el perfil biofísico fetal y el doppler de la arteria umbilical.