Para fortalecer la inmunidad y combatir cualquier infección es importante iniciar un plan con alimentos recomendados para bebés o niños cuando están resfriados, con tos o con gripe. Lo más importante es que se encuentren hidratados, ya que la deshidratación puede ser grave, no importa si el niño tiene fiebre, resfriado, gripe o diarrea. La hidratación es lo más importante para los niños y los bebés cuando están enfermos.
Tengamos en cuenta que con el cambio de estación, también aumentan las probabilidades de que los niños cojan resfriados y gripe. Para que tus pequeños se sientan lo mejor posible, es importante proporcionarles la nutrición adecuada para acelerar su recuperación.
Tanto si se trata de un resfriado, un dolor de garganta o una gripe, en toda regla, ciertos nutrientes clave pueden ayudar a reforzar su sistema inmunitario y favorecer su bienestar general y otros se deben evitar por completo.
Alimentos recomendados para la recuperación de la gripe y el resfriado
Cuando los niños tienen gripe es muy posible que no tengan ganas de comer ni de beber, pero es importante ofrecerle los nutrientes que necesita y también una hidratación adecuada. Los caldos, el té de jengibre, las frutas y la avena son muy buenas opciones.
Es esencial proporcionar a los niños una amplia variedad de frutas y verduras, ya que estos alimentos están repletos de vitaminas, minerales, antioxidantes y nutrientes de refuerzo inmunitario.
Algunos alimentos en particular son especialmente beneficiosos para la recuperación del resfriado y la gripe. Las bayas, como las fresas, los arándanos, las frambuesas y las moras, son una buena fuente de vitamina C, que puede ayudar al sistema inmunitario.
Para favorecer la producción de glóbulos blancos, que son cruciales en la lucha contra las infecciones, también se recomiendan las espinacas. Entre los alimentos con propiedades inmunitarias y antiinflamatorias están el caldo de huesos, el ajo, el jengibre y la cúrcuma.
Además de las frutas y verduras, otros alimentos ricos en nutrientes pueden ayudar a los niños a curarse de una enfermedad. Deben incorporarse a la dieta proteínas magras, que contienen los aminoácidos necesarios para favorecer la fuerza muscular y la reparación del tejido dañado.
Esto incluye alimentos como el pollo, el pavo y los cortes magros de ternera. Los ácidos grasos omega-3, que poseen propiedades de refuerzo inmunitario, pueden encontrarse en alimentos como las nueces, las semillas de calabaza y el salmón.
¿Qué alimentos deben evitarse?
Por otra parte, deben evitarse ciertos alimentos, ya que pueden exacerbar los síntomas del resfriado y la gripe. Los alimentos procesados, que suelen tener un alto contenido en sal y azúcar, pueden favorecer la inflamación del organismo y debilitar el sistema inmunitario.
Además, los alimentos con grasas trans poco saludables pueden suprimir la respuesta inmunitaria. Es mejor evitar los alimentos fritos o rellenos de queso procesado.
Durante los periodos de resfriado y gripe, las familias también deben evitar dar a los niños alimentos ricos en azúcares simples. Los dulces como los caramelos, los helados y las galletas pueden provocar un bajón de azúcar y empeorar los síntomas. Para promover la salud y el bienestar, lo mejor es limitarse a alimentos integrales y no procesados.
¿Y la hidratación durante la enfermedad?
Cuando los niños están resfriados o tienen gripe, es especialmente importante mantenerlos hidratados. Beber mucho líquido ayuda a que el cuerpo se mantenga correctamente hidratado, y puede ayudar a enjuagar las fosas nasales.
Proporcionar a los niños abundante agua, infusiones y caldos es una forma excelente de mantenerse hidratados cuando están indispuestos.
Aumentar la inmunidad mediante cambios en el estilo de vida
Además de la alimentación, un estilo de vida sano también puede ayudar a mantener la función inmunitaria y el bienestar general. Es importante que los niños descansen mucho cuando estén luchando contra un resfriado o la gripe.
Un sueño inadecuado puede debilitar la respuesta inmunitaria, lo que puede prolongar la enfermedad. Anima a los niños a descansar todo lo posible para acortar la duración de la enfermedad.
Las familias también deben ayudar a los niños a mantenerse activos si pueden. El ejercicio, como un paseo ligero a pie o en bicicleta, puede ayudar a estimular la circulación y fomentar una respuesta inmunitaria sana. Además, mucho aire fresco puede ayudar a despejar las fosas nasales y acelerar la curación.
Para finalizar…
Ayudar a los niños a curarse de los resfriados y la gripe empieza por una alimentación adecuada. Los alimentos ricos en nutrientes, como la fruta, la verdura, las proteínas magras y las grasas saludables, pueden ayudar a proporcionar al organismo el apoyo que necesita para recuperarse.
Además de la nutrición, también es importante mantenerse hidratado, descansar mucho y realizar actividad física con regularidad. Proporcionando tanto una nutrición adecuada como un apoyo general al estilo de vida, las familias pueden ayudar a los niños a curarse más rápidamente de la enfermedad.
En conclusión, con una alimentación adecuada y un estilo de vida saludable, las familias pueden ayudar a sus hijos a recuperarse más rápidamente de la enfermedad.
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