El sistema inmunológico de tu hijo está en pleno desarrollo en estos momentos, por lo que el pequeño es especialmente vulnerable a los trastornos de su barriguita.
Reduce al mínimo estos episodios siguiendo nuestros consejos:
•Lava tus manos después de ir al baño o de cambiarle los pañales; y pon un cuidado especial antes de preparar su comida.
• Las toallas y los paños de cocina húmedos son el paraíso de las bacterias. Cámbialos diariamente. No seques la vajilla, deja que se seque al aire tras aclararla con agua caliente.
• No dejes que los animales domésticos se acerquen a las superficies de trabajo de la cocina.
• Lava los biberones y los utensilios que emplees para alimentarlo con mucho cuidado, y esterilízalos hasta que cumpla un año.
• Seguro que al principio deseas esterilizar sus mordedores y chupetes, pero cuando empiece a gatear es suficiente que, de vez en cuando, los laves con agua caliente jabonosa. Si tu pequeño utiliza chupete, guárdalo en un recipiente limpio cuando no lo necesite.
• Nunca te pongas en la boca su chupete o la tetina de su biberón.