Nunca es demasiado pronto para cuidar la boca de tu bebé. Los problemas bucales y de dentición se deben en parte a la ausencia de cuidados desde que los músculos de la boca se ponen en funcionamiento con la succión. La fase decisiva del desarrollo oral se produce en los primeros tres años de vida: como bebé, succionando e ingiriendo; en la dentición, mordiendo; y, finalmente, al aparecer los primeros dientes, masticando, hablando, etc. Para que no surjan problemas de dentición en el futuro es imprescindible la educación en el hábito de la limpieza bucal.
EXISTEN 4 FASES:
Para prevenir los problemas de la boca, la mandíbula, los dientes y el habla, y estimular el desarrollo del aprendizaje motor y psicológico, deberás elegir pro¬ductos para tu bebé que cubran las necesidades de las cuatro fases importan¬tes para el perfecto desarrollo oral: succión, masaje, entrenamiento y limpieza.
1. SUCCIÓN: Inmediatamente tras el nacimiento, la mandíbula, el paladar,la lengua y los músculos se ejercitan de forma activa con la lactancia. Por eso, escoge tetinas y chupetes que tomen como modelo el pezón materno, para que la mandíbula se desarrolle tal como lo ha previsto la naturaleza.
2. MASAJE: Cuando inician la dentición, los bebés muerden objetos para ayudar a aliviar y reducir la presión y la tensión en la zona de la encía. Con la ayuda de productos que masajean y aplican frío, se facilita el proceso de dentición y, al mismo tiempo, se favorece el desarrollo del aprendizaje.
3. ENTRENAMIENTO: A pesar de lo emocionante que es la aparición de su primer diente, no debemos olvidar la importancia de la limpieza. Con los cepillos dentales de inicio, la limpieza de los dientes será un hábito diario especialmente agradable y divertido.
4. LIMPIEZA: A los 15 meses, a tu hijo ya le habrán salido muchos dientes y pasarán a ser un foco de bacterias, que pueden causar caries. Su limpieza diaria con cepillos especiales de inicio, que se adaptan a la manita del niño y favorecen su independencia, es una necesidad, sobre todo tras cada comida.
Aprender jugando:
Debemos empezara enseñar a nuestro hijo, tan pronto como sea posible a cepillarse los dientes, por ejemplo, dedicando una hora especial, que suele ser antes de acostarse, en la que se establezca un vínculo entre padres e hijos. Es importante que los niños se habitúen a estas prácticas higiénicas imprescindibles y cotidianas con juegos y nuca como imposición, en un entorno agradable y relajado.