En pleno verano lo que más nos apetece es irnos a la playa o a la piscina y tomar el sol. Sin embargo, las embarazadas deben tener un cuidado especial cuando se expongan a él. Por ejemplo, el cloasma, son manchas oscuras que salen a algunas mujeres embarazadas como consecuencia del sol y del cambio hormonal. Es una coloración oscura de la piel de la cara en áreas expuestas al sol, frente, carrillos, zona del bigote, etc. No sólo se oscurecen estas partes del cuerpo, también la discreta línea que se perfila en tu vientre durante el embarazo, se pondrá también más oscura si la expones al sol.
No se recomienda que la mujer embarazada salga al sol entre las horas de exposición más peligrosa como son entre 12h y las 16h y nunca expongas la cara al sol. Es aconsejable que utilices un sombrero grande que pueda cubrir tu cara del sol. Además, deberás hidratarte con frecuencia. Respecto a la protección, protégete con una crema de 50, media hora antes de tomar el sol. Ponte crema cada dos horas. También es recomendable proteger el cabello para evitar que se vuelva más frágil con el calor. Las gamas solares para pelo también lo hidratan y reparan.
El sol ayuda a sintetizar la vitamina D, vitamina que el cuerpo necesita especialmente durante el embarazo. Por ello es recomendable que tomes el sol pero nunca a las horas más peligrosas y siempre con una alta protección como te hemos recomendado en el párrafo anterior.