En el proceso donde se cura el ombligo hasta que la herida cicatriza del todo, pueden surgir problemas y otras cosas que te alarmen, pero que no revisten importancia.
- No debes preocuparte:
– si ves unas gotitas de sangre en la gasa, pues es normal que descubras algo de sangre, incluso cuando el muñón ya se ha caído.
– Es posible que observes que el cordón va tomando un color negro o morado conforme pasan los días; tranquila, no hay problema.
– si la piel de la zona del ombligo se va arrugando de forma progresiva al secarse.
- Deberás consultar al pediatra si durante el proceso te encuentras con alguno de estos casos:
– El cordón umbilical no se le ha caído a tu hijo tras un mes desde su nacimiento. El pediatra tendrá que hacerle algunas pruebas, pues a veces este retraso indica algunas anomalías que deberá estudiar.
– Tras caérsele el muñón, la herida no ha cicatrizado en un plazo de 8 semanas.
– La piel del cordón está enrojecida e inflamada (puede ser síntoma de una infección u onfalitis).
– Observas pus o secreciones, y la zona desprende mal olor (también es señal de infección).
– La zona sangra constantemente; es decir pones una gasa y se vuelve a manchar enseguida.
– Aparece un bulto enrojecido y húmedo en el hueco dejado por el cordón, del que puede salir líquido. Puede tratarse de un granuloma, que deberá ver el pediatra para valorarlo y que muchas veces requiere de un tratamiento con nitrato de plata.
– En el abdomen del bebé hay un hueco por donde sale una pequeña parte del intestino. Se trata de una hernia umbilical que suele curarse sola o mediante cirugía cuando el niño es un poquito mayor.