Muchos son los niños que rechazan ciertos alimentos desde su nacimiento. Los peques, por lo general, suelen tener problemas con las comidas y es que no suelen gustarles las legumbres, el pescado, las verduras… Sin embargo, siente pasión por la bollería industrial y la comida rápida. Esto no es muy sano para un niño y es que debe llevar una alimentación equilibrada para gozar de salud. Hoy sabemos que el rechazo que muchos pequeños muestran a la hora de probar ciertos productos no estaría tan marcada por caprichos personales (que también tienen buena parte de culpa a la hora de negarse a comer) si no más bien vendría dada por una predisposición genética de los más pequeños.
Los científicos declaran que los genes y la alimentación del niño están relacionados. En algunos aspectos, la neofobia alimentaria, o la aversión a probar alimentos nuevos, es similar al temperamento del niño o de la personalidad. Algunos niños son genéticamente más susceptibles que otros a evitar nuevos alimentos. Por ello, se recomienda, desde pequeños, acostumbrar a nuestros hijos a llevar una dieta sana y equilibrada. Sin embargo, habrá casos en los que debemos respetar a éstos si no quieren probar algo.
Otro aspecto muy general en los niños es que no suelen tener hambre y, por ello, no necesitan comer. Si esto no es pasajero, deberás consultar con su pediatra por si tuviera algún problema.