Como en todas las patología relacionadas con las alergias, cada vez hay más casos. ¿Quién no tiene en la familia o en el grupo de amigos a un niño celíaco?
La celiaquía es una enfermedad congénita casi siempre provocada por la intolerancia del intestino delgado al gluten, una proteína de los cereales en el trigo, el centeno, la cebada, la avena, la harina de escanada y la espelta. Es una enfermedad que daña el revestimiento del intestino delgado e impide la absorción de partes de los alimentos que son importantes para la salud, como consecuencia, se produce un defecto de utilización de nutrientes (principios inmediatos, sales y vitaminas) Sólo el arroz, el maíz, el mijo y el alforfón no contienen gluten. Una mayor variedad de productos, la encontrarás en las tiendas especializadas en productos dietéticos y biológicos.
La enfermedad viene acompañada de diarrea, vómitos, sensación de pesadez, pérdida de peso, anemia y falta de vitaminas y proteínas. Sin tratamiento puede causar trastornos del crecimiento y del desarrollo. La enfermedad aparece después de introducir alimentos con gluten a lo largo del primer año de vida. Las recomendaciones de alimentación para lactantes indican que no se deberían introducir alimentos con gluten hasta el octavo mes. La causa de la celiaquía es una predisposición genética, que provoca una división modificada del gluten a causa de un defecto de encimas en el intestino, y que ocasiona una reacción inmunológica que daña la mucosa intestinal.
El tratamiento de la celiaquía es dietético. Se deberán evitar todos los alimentos que contengan gluten (productos a base de cereales, pan, pasteles, pastas, harina, etc.). Si se toman alimentos sin gluten se normaliza la mucosa intestinal y los síntomas desaparecen.
El riesgo de que aparezca la enfermedad se puede reducir alargando el tiempo de lactancia. Además se sabe que también se reduce el riesgo, introduciendo entre el 4º y el 6º mes de vida, poco a poco todo tipo de cereales, mientras se sigue amamantando al bebé. Si tu hijo enferma, debería evitar el gluten durante los primeros años de vida. En el caso de la papilla, es relativamente fácil. Pero si se trata de pan, se complica la cosa. Deberías fijarte siempre en que lleven la indicación “sin gluten”.
Según algunas investigaciones, se puede reducir el riesgo de sufrir celiaquía, introduciendo entre el cuarto y sexto mes de lactancia, pequeñas cantidades de alimentación suplementaria con gluten, preferiblemente con la comida. El gluten está contenido en la avena, la cebada y la espelta entre otros. Pero no le des todavía soja, pescado, huevos, trigo y nueces. Puedes encontrar más información al respecto en el capítulo alergias.