La comida rápida no es en sí misma perjudicial, incluso puede resultar «fantástica» para el niño porque» busca sabores simples». Lo negativo es «el mal uso que se hace de ella», según indicó el doctor Basilio Moreno, presidente de la Sociedaed española para el Estudido de la Obesidad y jefe de la Unidad de Obesidad del Hospital Gregorio Marañón, de Madrid, en un coloquio sobre obesidad infantil.
El problema es que cuando vamos a un restaurante de este tipo, solemos excedernos en las cantidades. Según el doctor Moreno «esa alta densidad energética favorece la aparición de la obesidad»,por eso considera que lo más importante es « cambiar nuestros hábitos alimenticios y transmitírselos correctamente a nuestros hijos. En ese sentido, el doctor Moreno nos aconseja que» el refresco que tomamos con la hamburguesa lo sustituyamos por agua, que en lugar de comer dos hamburguesas grandes, los niños pida una mediana».
La mejor manera de prevenir la aparición de obesidad es, para el doctor, apostar por la educación». Se debería enseñar nutrición desde los primeros años de colegio para que el niño sepa, por ejemplo, la importancia de las vitaminas y los minerales en su alimentación y entienda la diferencia entre las proteínas y los hidratos de carbono»añadió.