Hacer bien esta primera comida del día es indispensable para tener ánimo y energía a la hora de jugar, para rendir en la escuela y para prevenir la obesidad. Un buen desayuno es fundamental para el sano crecimiento de nuestros hijos o nietos, puesto que en la escuela, deben afrontar actividades que les significan una gran perdida de energía. Un desayuno equilibrado contribuye a un reparto más armónico de las calorías a lo largo del día y proporciona, además, una ración de seguridad de muchos nutrientes especialmente importantes en el periodo escolar, época de gran crecimiento y desarrollo.
Es muy importante desayunar y hay que hacerlo bien, contundente ya que es la comida más importante del día y gracias a ella podremos aguantar nuestra larga jornada. Hay que recordar que a primera hora de la mañana el organismo lleva ya entre 8 y 10 horas sin recibir ningún alimento. La falta de glucosa empuja a nuestro cuerpo a quemar otras reservas energéticas, lo que causa múltiples alteraciones. En edad escolar, esto condiciona el aprendizaje y acarrea un descenso del rendimiento, ya que la capacidad de locución o expresión, de memoria, de creatividad y de resolución de problemas quedan particularmente afectadas.
Los alimentos que se deben tomar a la hora del desayuno son los siguientes:
- Cereales. Proporcionan al niño hidratos de carbono que aportan fibra, energía, vitaminas y minerales.
- Lácteos. Contienen proteínas de calidad, calcio, vitaminas A y D, y vitaminas del grupo B.
- Frutas. Aportan hidratos de carbono, agua, vitaminas, minerales y fibra. A los más pequeños podemos prepararle una papilla con diferentes frutas.
- Derivados cárnicos. Jamón cocido o serrano… ya que contienen proteínas.
- Productos de grano: panes integrales, panecillos, tortillas y tostadas con poca grasa.