Muchas veces, las hemorragias nasales se deben a un problema en la nariz: un cuerpo extraño, un golpe, inflamación de la mucosa por un resfrío o una alergia, vegetaciones hipertrofiadas o excesiva sequedad en el ambiente. Otra causa puede estar relacionada con la coagulación de la sangre que suele ser hereditaria (otras personas en la familia lo tienen).
Es conveniente consultar con el pediatra antes de que el chico llegue a tener anemia y que también lo revise un otorrinolaringólogo infantil. Si este especialista no encuentra nada anómalo y el chico sigue teniendo hemorragias frecuentes, habría que hacerle análisis de sangre para saber si su coagulación es normal. Los sangrados de la nariz son muy comunes entre los dos y los diez años, y disminuyen en la pubertad.