Aunque no hay nada comparable a una buena papilla casera, los potitos suponen una alimentación rica y saludable para ocasiones especiales. Hasta los seis meses de edad, la leche materna aporta al lactante toda la energía que éste necesita en forma de vitaminas, minerales, carbohidratos, proteínas, grasas y anticuerpos. Pero, a partir de este momento, su organismo necesita un aporte nutricional extra que debe obtener de otros alimentos.
ASPECTOS A FAVOR DE LOS POTITOS:
• La reglamentación te garantiza su composición nutricional.
• La consistencia de los alimentos es homogénea, sin trocitos, lo cual es muy recomendable al principio de la diversificación alimentaria.
• Son muy prácticos, especialmente cuando salimos fuera de casa.
• Las cantidades de vitamina A y C son comparables al de los alimentos frescos y la normativa asegura la ausencia de pesticidas y nitratos.
• Evitan tener que cocinar y limpiar cacharros constantemente.
ASPECTOS EN CONTRA DE LOS POTITOS:
• Los sabores de los alimentos están alterados por las vitaminas.
• Las texturas son siempre idénticas, por lo que a partir de los ocho meses pueden ser más difícil empezar a introducir sólidos, ya que al pequeño le costará más masticar.
• No resultan muy apetitosos a la vista.
• El contenido no siempre se adapta a la edad del bebé. Por ejemplo, ten cuidado con el kiwi, ya que a los cuatro meses puede provocar alergias.
• Los tamaños de los recipientes no se adaptan siempre a las necesidades del niño.