La meditación tiene muchos beneficios para los niños y para los adultos, tenemos que explicarles que meditar no implica hacer algo nuevo, solo pasa por buscar calma, sencillez e integridad.
En cuanto a algunos de los más importantes beneficios que tiene la meditación para los niños es ver que rinden mejor en sus estudios, se relacionan mejor con otras personas y afrontan con más éxito las experiencias difíciles de la vida.
Enseñar a los niños a hacer meditación
Enseñarlos a concentrarse en la respiración en el momento presente puede tener un valor muy beneficioso a largo plazo. Se han realizado estudios afirmando las ventajas de este método ancestral, en los niños en un colegio de Baltimore, en el que esta práctica se realiza hace algún tiempo.
Tengamos en cuenta que la meditación nos permite estar bien con nosotros mismos, conocernos, ser mejores personas, compasivos y empáticos. Es cierto que es un concepto que la mayoría consideramos que sólo los adultos podemos realizarla, sin embargo, los niños también pueden meditar a su medida claro está obteniendo también muchos beneficios.
Es una herramienta indispensable para que los niños adquieran plenitud en su vida en el día de mañana, y que no busquen fuera algo que se encuentra dentro de cada uno.
Si desde pequeños les enseñamos a entrar en contacto con su mundo interior, a encontrar dentro de sí mismos esa calma y esa paz, sin dudas les ayudará a cambiar el mañana.
Los verdaderos beneficios de la meditación infantil
Regula sus órganos
Beneficios sus capacidades cardiovasculares y su desarrollo neurológico.
Al aprender a respirar le va a traer estados de calma. Es una herramienta que puede utilizar cuando sus emociones están alteradas o cuando siente estrés, en un mundo tan agitado como en el que vivimos actualmente.
Va a tener menos momentos de impaciencia y ansiedad y se puede notar una reducción de la violencia y agresividad en sus comportamientos.
Mejora su autoestima y seguridad en sí mismo
Una de las premisas de la meditación es no juzgar la práctica. no existe lo bueno y lo malo se trata de aceptar simplemente lo que es.
Por lo tanto, la persona aumenta su aceptación propia y la de sus acciones, aprende a confiar en lo que hace, a quererse como es y aceptarse sin juicios.
Desarrollar habilidades cognitivas
Les ayuda a los niños a medida que aprenden a meditar desarrollar sus habilidades intelectuales como:
- El sentido cognitivo
- Mejorar atención
- La capacidad de abstracción
- La lógica
- El cálculo
- La creatividad para poder expresar todo lo que lleven su anterior.
Por otro lado, al desarrollarse el emisor el hemisferio izquierdo del cerebro, los niños pueden entrenar la concentración, aprender a focalizar la atención de manera más fácil lo que le ayuda a mejorar la expresión escrita.
Fortalecer su sistema inmune
A lograr calmar su mente por unos instantes todos sus órganos cumplen las funciones de manera adecuada, además se regula la producción de los químicos corporales.
El correcto funcionamiento del organismo hace que el sistema inmune descanse de los desequilibrios y pueda fortalecerse.
Mejora la calidad del sueño
Puede contribuir a la sanación de síntomas frecuentes en la infancia como el estrés, la ansiedad, la angustia, los miedos y las preocupaciones.
Esta práctica le va ayudar a regular el cuerpo, calmar las emociones, por lo tanto, al relajarse y distender los músculos libera las emociones. De esta manera logrará estar libre de tensiones, su mente en calma, lo que le ayudará a descansar de un modo más profundo y reparador.
Aspectos a tener en cuenta al realizar la meditación con los niños
- Es importante tener en cuenta la edad del niño para adaptar la experiencia y que pueda entenderla, y también aprovechar el momento en la evolución en que se encuentra.
- Conocer las características físicas y emocionales en el momento que realizamos la meditación, además de sus gustos y hábitos, nos será muy útil a la hora de diseñar la meditación.
- Según la edad del niño se va a determinar el tiempo que dure la meditación. Normalmente deben durar 10 ó 15 minutos para los niños y deben ser sencillas.
- Con respecto a la edad, no existe una edad concreta en la que un niño empieza a meditar. Pero lo ideal sería comenzar desde los 6 o 7 años y con la frecuencia que los padres vean que es necesario.
- Hay que preparar una sala para la ocasión, poner una luz tenue o una vela y crear un espacio de tranquilidad. Ayudarlos a colocarse en una postura cómoda.
- Debemos contarles que tienen que prestar atención a lo que vamos a ir hablando con los ojos cerrados. Indicarle como aspirar profundamente y exhalar de forma lenta.
- Al notar que se va relajando le pides que visualice imágenes agradables al aire libre que indiquen calma, como paisajes, montañas, las olas del mar entre otros.
- Este proceso lo realizará durante los primeros días, a medida que avancen en la práctica, él debe aprender a mantener una respiración estable, concentrarse por sí solo y buscar su propio equilibrio interior.
Importante
Recuerda que tu voluntad y el amor que tienes por tu pequeño te van a ayudar a guiarlo en la meditación que le aportará innumerables beneficios, además de y mejorar su calidad de vida para hoy, y para un mejor futuro.
Si tú no tienes práctica, es recomendable que busques ayuda especializada para enseñarlo.
