A la boca de los bebés va todo lo que les quepa: tierra, arena, comida de perros, colillas de cigarrillos, algún bichito que otro, entre otras cosas. Aun cuando es obvio que o mejor es evitar que esté probando semejante “buffet”, no siempre es posible.
Pocos son los niños que pasan por la edad de gatear sin haber comido alguna cosa que sus padre consideran asqueroso. Pero son menos de temer los elementos antihigiénicos que las que se usa por higiene.
Es decir, un bocado de tierra rara vez le haga daño a nadie, pero en cambio lamer un producto de limpieza sí puede ser grave. Como no es posible impedirle que tome todos los objetos, concéntrese en las que son potencialmente más peligrosas.
POTENCIALMENTE PELIGROSOS: bebidas alcohólicas, ácido bórico, cloro, cosméticos, detergentes, destapa cañerías, pulidores de muebles e insecticidas.
No se preocupe tanto por un insecto o un puñado de pelo de perro que llegue ocasionalmente a la boca del niño. Un dato importante: lo que más la debe preocupar, además de las sustancias obviamente tóxicas, son los alimentos que empiezan a DESCOMPONERSE.