Toda la ropa de tu bebé, toallas y ropa de cuna debe ser correctamente lavada antes de ser estrenada. No te olvides que antes de que llegue a ti, pasó por muchas manos en su proceso de manufactura, empaque y distribución en el que muy probablemente se han alojado muchos microbios.
A continuación van algunos consejos útiles:
• Lavarla a mano con jabón neutro, que no contenga perfumes, ni ácidos o componentes biológicos para evitar que el bebé pueda tener una reacción alérgica.
• Enjuagar con abundante agua para asegurarnos que la ropa del bebé está libre de residuos de jabón.
• No utilizar blanqueadores ni suavizantes.
• Puede ser secada al aire libre o con la secadora.
• En el caso de haber sido secada a la intemperie, plancharla del derecho y del revés para asegurarnos la eliminación de cualquier bichito o insecto que se haya alojado mientras la ropa está tendida para secarse.