Leer detenidamente las etiquetas de los alimentos nos ayuda a diseñar una dieta equilibrada, si contienen información básica sobre su valor nutritivo y las necesidades diarias.
• El valor energético (las kilocalorías) y el contenido total de grasas y el de grasas saturadas, hidratos de carbono, azúcares y sal por cien gramos o cien mililitros de producto o por porción.
• Las cantidades diarias recomendadas de los nutrientes que aporta (hidratos de carbono, grasas. etc.) y el porcentaje exacto que proporciona el producto.
• Si contiene o no sustancias alergénicas o gluten: huevos. maníes. soja. sésamo, apio, leche, frutas secas, mostaza. cereales con gluten, etc.
• La fecha de vencimiento, el origen de las principales materias primas, el lugar donde ha sido envasado.