La diabetes aqueja aproximadamente al 8% de la población mundial. Se debe a un desorden del metabolismo, provocado por un déficit en la producción de insulina. Ahora bien, ¿qué sucede cuando una mujer padece esta enfermedad y quiere concretar su deseo de ser madre?
Lo más conveniente es que planifique su embarazo, de manera que pueda llevarlo adelante con la glucemia perfectamente controlada. Existen diversas formas de efectuar los controles de la diabetes. Una de ellas es el auto monitoreo glucémico, que consiste en un pequeño pinchazo en el dedo que se realiza varias veces al día.
Otra es mediante análisis de laboratorio: estudios de hemoglobina glicosilada, que determinan el promedio diario de glucemias correspondiente a un período de ocho a doce semanas y que deben realizarse antes y durante el embarazo.
Pero eso no es todo. Además es indispensable que la futura mamá realice chequeos médicos minuciosos para evaluar las funciones y órganos que sufren complicaciones debido a la diabetes, como la vista y los riñones. En cuanto al bebé, las consecuencias que pueda acarrearle la diabetes materna de cómo haya sido tratada la enfermedad durante el embarazo.
Cuando las mamás no reciben los cuidados adecuados, los niños tienden a nacer con un peso superior a los 4.000 gramos. Y si los niveles de glucemia no se controlan en forma adecuada, el chiquito pueda nacer inmaduro en lo que respecta a su desarrollo, menos vital y más propenso a padecer disfunciones respiratorias.