Enfermedades en bebés que podemos detectar

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Hoy os dejo algunos consejos para detectar enfermedades en bebés, en nuestros hijos; enfermedades de carácter débil, pero que si no estamos atentos pueden agravarse. Por ello es bueno observar a nuestros pequeños si tienen fiebre, si lloran sin cesar o cosas más graves como caídas o comportamientos muy anormales, si esto sucede es imprescindible que los lleves al pediatra o a urgencias.

Hay enfermedades que por desgracia no se pueden detectar hasta que están avanzadas, pero hay otras enfermedades de caracter más débil como la otitis, la deshidratación o alguna inflamación que si podemos detectar y actuar rápidamente para que no vaya a más y puedan dejar secuelas en nuestros pequeños.

Por ejemplo la deshidratación puede ser más común de lo que pensamos y sobretodo ahora que estamos en verano. Para detectar que tu bebé tenga deshidratación debes estar atenta si tu bebé llora y bebe demasiado deprisa cualquier líquido que se le ponga por delante. Si la deshidratación está avanzada, verás la fontanelas hinchadas y los ojos más bien hundidos.

bebeAdemás vigila la boca de tu bebé, si sufre de deshidratación la lengua estará seca y áspera al tacto. Además la fiebre también puede hacer presencia. Así que sabiendo estas cosas, podrás saber si tu hijo padece deshidratación. Si hace mucho calor, procura dar de beber a tu bebé de forma mas continuada.

Por otro lado tenemos la otitis, que no solo pueden tenerla en invierno. En verano con la piscina y el agua también puede aparecer (de echo es muy común) La otitis puede aparecer por una infección, pero también por otras cosas.

Si tu hijo está resfriado, también puede aparecer una otitis media, inflamándose las mucosas y obstruyendo la trompa. Recuerda que si tu hijo o bebé tiene otitis habrás de llevarlo al médico con urgencia pues si tiene infección la acumulación de líquido en el interior del oído puede ser fatal.

Un consejo que os dejo es que cuando bañéis a vuestro hijo, secadle muy bien las orejas y los oídos con cuidado. Cuando salgan de la piscina o cuando los saques tú, procura secarles muy bien sus orejitas y lo oídos con cuidado. Esto evitará que el agua penetre por el conducto del oído e irrite la piel.

foto: healthytimesblog

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