La lactancia materna es una práctica que necesita de tiempo, mucha paciencia y constancia. Es cierto que amamantar puede convertirse en todo un desafío, pero siguiendo una serie de pautas y consejos, podemos emprender este viaje de la mejor manera.
La lactancia materna: amamanta al bebé durante la primera hora después del parto
Esta práctica es estupenda para favorecer el vínculo madre e hijo y, además, mejora el agarre del pecho. Además, de esta manera, el bebé puede aprovechar todo el calostro (esa primera leche que produce la madre) el cual es muy importante pues brinda inmunidad al pequeño.
Antes de comenzar, lávate bien las manos con jabón y agua. Después ponte en una posición cómoda y coge a tu hijo. Es importante llevar el bebé hacia el pecho y no al revés. Si no sabes como hacerlo, eres madre primeriza o existe algún problema, pregunta tus dudas a las enfermeras del hospital o a tu médico. Los consejos que te brinden serán muy sabios.
Permite que el bebé establezca el ritmo
Es importante no establecer un ritmo, ya que el bebé lo irá cogiendo solo. Durante las primeras semanas es importante tener en cuenta esto pues el bebé cogerá el pecho cada dos o tres horas, durante las 24 horas del día.
En este tiempo, observaremos si existen signos de hambre como pueden ser inquietud, agitación, lloros, movimientos de succión de los labios, etc.
Siempre que el bebé llore NO es por hambre
El bebé puede estar bien alimentado y llorar por otras causas. Siempre que la madre amamante a libre demanda, por lo general, deberá tener suficiente leche. Es importante tener en cuenta que siempre que el bebé llore no significa que sea por hambre.
Debemos prestar atención a que el bebé suba de peso de forma continuada. También observaremos que el bebé ensucia, al menos, 6 apñales por día. Por otro lado, las heces del pequeño se tornarán amarillas y blandas. Si existe alguna variación en esto, podemos hablar con el pediatra.
El bebé ha de succionar bien, dale tiempo
Es esencial fijarte en que el bebé ha cogido bien el pecho. Para ello, observa si tiene la boca abierta y alcanza a toda la areola (no solo el pezón).
La lactancia puede convertirse en todo un desafío, así que la clave es tener paciencia y no desistir en el intento. Alimentar al bebé cada pocas horas resulta agotador, por este motivo es bueno que descanses siempre que lo haga el recién nacido.
¿Cuando debo retirar al bebé?
Deja que el bebé se amamante completamente con el primer pecho, hasta que éste lo sientas blando. Normalmente sucede esto a los 15 o 20 minutos después de empezar a alimentarlo; pero cada bebé es un mundo y puede que este tiempo varíe.
Una vez que sientas el pecho blando o vacío, intentaremos que el bebé eructe. Después de todo esto, le ofreceremos el otro pecho. Si el bebé aún tiene hambre lo cogerá sin problemas. Si no tiene hambre, simplemente comienza la siguiente sesión con el segundo pecho, hasta vaciarlo. Si tu bebé siente predilección por un solo pecho, utiliza la bomba de extracción en el otro para aliviar la presión del seno.
Amamanta a libre demanda
No es necesario horarios ni tiempos, el niño debe comer cuando quiera. Es importante sentirse cómoda y dejarse llevar hasta aprender a leer las señales de tu bebé. Cuando el bebé muestre signos de hambre, le ofreceremos el pecho.
Colocar al bebé correctamente
Para que coja la mejor postura debemos tener en cuenta que la cabeza y el cuerpo del bebé estén alineados con el abdomen de la mamá; que la cara del niño esté frente al pecho, y su nariz contra el pezón y que todo el cuerpo del bebé quede sostenido en el regazo de la madre.
La lactancia materna: amamantar no debe doler
Como mucho puede generar algunas molestias durante los primeros días, pero ni mucho menos doler. Si existe dolor cuando procedemos a dar de mamar y éste persiste durante toda la toma es esencial consultar con un especialista lo antes posible.
Como retirar al bebé
Si necesitas retirar al bebé, mientras este esté succionando, no lo hagas con fuerza. Para hacerlo de forma correcta, basta con introducir suavemente un dedo limpio en la comisura de la boca del bebé. De esta manera podremos retirarlo sin problemas.
La lactancia materna: colaboración de la pareja
Es muy importante que la familia entera colabore. Aunque solo la madre pueda dar el pecho la pareja, por ejemplo, puede ayudar a sostener, levantar al bebé o llevarlo a la madre cuando quiera comer.
Acuesta al bebé para que duerma en tu habitación
Es importante mantener al bebé en la misma habitación que los padres, durante el primer año de vida o, al menos, 6 meses para facilitar la alimentación. Además, de esta forma disminuye el riesgo del síndorme de la muerte súbita.
Ten en cuenta que el bebé es mejor que duerma solo en su propio moisés o cuna, ya que las camas de los adultos no son seguras para los lactantes. ¿Quieres aprender a cerca de las cunas colecho y dónde comprarlas?
La lactancia materna y sus beneficios
Seguramente ya conoces los beneficios de la lactancia y de la leche materna, la cual contiene el equilibrio adecuado de nutrientes que tu bebé necesita. Recuerda que la leche materna es mucho más fácil de digerir que la leche de fórmula; además, posee los anticuerpos adecuados para reforzar el sistema inmunitario del bebé.
El cuidado de tus pezones
Cuidar tus pezones se convertirá o debe hacerlo, en parte de tu ritual diario. Después de cada toma puedes dejar que la leche seque de forma natural. La leche puede aliviar las molestias de la lactancia.
En el caso de que tengas prisa, puedes secar los pezones con toques suaves. Si notamos que sale leche entre una alimentación y otra, podemos utilizar los discos absorbentes de lactancia. Eso sí, cambia estos con frecuencia.
Cuando vayas a bañarte o ducharte intenta reducir la cantidad de jabón, u otros limpiadores, que entren en contacto con los pezones. Por último, para que los pezones conserven su hidratación natural, utiliza lanolina purificada o alguna crema específica.
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