Continuamos con nuestro manual para padres primerizo. Pasar de la teoría a la práctica no siempre es fácil, sobre todo si son padres primerizos. Familiarizarse con el recién nacido, acostumbrarse a manejar su cuerpo, aprender a descifrar que le pasa y saber satisfacer sus necesidades es cada momento es algo que lleva su tiempo.
EL SUEÑO DEL RECIÉN NACIDO:
Durante las primeras semanas, el ritmo de sueño es totalmente irregular. El bebé se está adaptando a su nueva vida fuera del útero, no distingue el día de la noche y sus horarios de vigilia y sueño se rigen sobre todo por su necesidad de alimentarse.
• Al principio, no debemos tratar de imponerle un patrón ni aplicar ningún método específico para enseñarle a dormir. Poco a poco, él mismo irá regularizando sus horarios.
• Lo mejor que podemos hacer es establecer unas rutinas diarias que le aporten seguridad: realizar las actividades cotidianas (baño, paseo…) a las mismas horas, acostarlo siempre en su cunita o moisés, hamacarlo o cantarle suavemente una canción de cuna antes de acostarlo….
• Es importantísimo acostarlo siempre boca arriba. Así se previene el llamado síndrome de muerte súbita, es decir, el fallecimiento inesperado del lactante, que esta asociado entre otras cosas, a su postura en la cuna. Otras medidas para evitar este trastorno son: ponerle un colchón duro, no dejar en la cuna juguetes ni peluches, no taparlo con acolchados ni mantas pesadas, mantener una temperatura de entre 18 a 21°, no abrigarlo mucho, no fumar en su habitación.
• Respetar sus descansos: prohibido despertarlo para presentárselo a las visitas. Familiares y amigos tienen que entender que el pequeño necesita descansar.