Los recién nacidos son muy sensibles a infecciones, y la onfalitis es una de las más graves que puede tener en sus primeros días de vida.
Se llama onfalitis a la infección que el cordón umbilical puede causar en el recién nacido, aunque no suele ser muy habitual ya que tomando las medidas de higiene adecuadas no aparece. Eso sí, cuando lo hace puede tener graves consecuencias, ya que el recién nacido es muy vulnerable a todo tipo de infecciones y cualquiera pueda causarle importantes problemas.
El cordón umbilical se forma durante la gestación y mantiene unidos a la madre y al bebé hasta el momento del parto, cuando se corta para que el bebé viva por sí mismo, separado físicamente de la madre. Su interior lo recorren una vena y una arteria, a través de las cuales circula la sangre, que se depura a través de la placenta y sirve de alimento al feto.
¿Por qué se infecta?
Veamos ahora las causas de la onfalitis. Después de nacer, el bebé tiene en su ombligo restos del cordón, que se desprende a las dos semanas de vida y que hay que cuidar con mucho detalle para que esté siempre limpio y no pueda infectarse. Si le llegan bacterias de la piel o del ambiente es cuando se infecta, pero repito que solo sucede si no se toman las medidas de higiene adecuadas. Hay factores de riesgo que aumentan las probabilidades de onfalitis y, por lo tanto, hay que ser más estricto con la higiene, como parto en casa, rotura prolongada de membranas, infección del líquido meconial o parto prematuro.
¿Cuáles son los síntomas?
Aparece en recién nacidos que tienen entre 5 y 10 días, y puedes detectarla porque la piel alrededor del cordón se enrojece, estando más dura, empastada y con calor. Es muy habitual también que aparezca una secreción purulenta de color amarillo y que huele muy mal, y el bebé puede tener síntomas como fiebre, rechazo de la alimentación, decaimiento, irritabilidad y vómitos.
Si la infección en el ombligo progresa, las bacterias pueden llegar a alcanzar el torrente sanguíneo, lo que produciría una infección generalizada que se llama sepsis y es la complicación más grave que puede tener la onfalitis. Los síntomas de la sepsis son falta de tono muscular, no querer comer, mal color en la piel o decaimiento, prácticamente los mismos que la onfalitis pero más graves.
¿Qué hay que hacer?
Si tu bebé tiene alguno de los síntomas y crees que puede tener onfalitis, llévalo rápidamente al pediatra para que lo examine y decida qué hay que hacer. Para determinar la extensión de la infección se suelen recoger muestras de sangre, así se sabrá si los marcadores de infección son elevados y se procederá en consecuencia.
En los casos graves se recomienda el ingreso hospitalario para que se le pueda administrar al bebé antibiótico intravenoso durante al menos siete días. Si la gravedad es extrema o hay gérmenes muy agresivos, puede incluso ser necesario el desbridamiento quirúrgico, pero esto se hace en muy pocas ocasiones, ya que cogiéndolo a tiempo no se llegan a estos niveles de gravedad.
¿Se puede prevenir?
¡Por supuesto! Si sigues a rajatabla las normas de higiene para los cuidados del ombligo, tu bebé estará a salvo de infectarse. Es tan fácil como procurar que el ombligo esté siempre limpio y seco, siguiendo su proceso de caída natural, sin forzarlo. Toma nota de los cuidados básicos del cordón umbilical:
- Debes desinfectar el cordón con alcohol de 70º o clorhexidina acuosa, empapando con él una gasa y enrollándola alrededor, dejando ahí la gasa hasta que se seque o hasta que le cambies el próximo pañal.
- Otra opción es echar el alcohol o la clorhexidina directamente en el cordón, poniendo encima una gasa limpia y seca para que absorba bien. Tiene que ser muy poquita cantidad ya que esas soluciones enfrían al bebé y pueden producir erosiones cutáneas.
- Lo más importante es que el cordón siempre esté seco, ya que la humedad y la maceración son el caldo de cultivo perfecto para el crecimiento de bacterias, gérmenes y microorganismos. La gasa que se recomienda enrollar es para que no le lleguen las humedades del pañal.
Puedes bañar a tu bebé sin problema, pero después seca muy muy bien esa zona. Una vez que el cordón se cae es habitual que sangre un poquito, pero no debes alarmarte. Aplica un poquito de alcohol con un bastoncillo con pequeños toques dentro del ombligo.
Mi recomendación personal es que no te vuelvas muy loca ni te obsesiones con el tema del cordón, te aseguro que si lo limpias bien a diario no va a haber ningún problema. Yo al principio estaba un poco histérica con el tema y me daba hasta miedo limpiar esa zona, pero lo cierto es que es muy fácil y mi nena no tuvo ninguna infección por eso.