En los pies se reflejan todos los órganos y los sistemas de nuestro organismo. Cuando caminamos o corremos, estamos estimulando todos los puntos para el buen funcionamiento de nuestros órganos en forma natural. En esa sencilla y eficaz regla se basa la reflexología podal. Esta terapia es especialmente efectiva en bebés y niños. Ellos son sumamente receptivos a la estimulación de las zonas reflejas del pie.
CONSEJOS Y PASOS A SEGUIR:
6. Siéntate justo delante de él: procura mirarlo a los ojos durante la sesión. Háblale cariñosamente, explícale a qué parte de su cuerpo corresponde la zona del pie que estás tocando y lo que conseguirás con ello. Los niños aprenden mucho más rápido de lo que pensamos y si se da cuenta de que cuando le tocas una parte determinada se siente mejor, con el tiempo puede acabar haciéndose el masaje él mismo.
7. Pon música ambiente: acompaña la sesión con una melodía suave que le ayude a relajarse.
8. No temas tocar el punto equivocado: lo único que no se debe tocar antes de pubertad son las zonas reflejas de los órganos reproductores, a no ser que haya un problema de este tipo.
9. Las sesiones deben ser de 10 a 15 minutos: es importante que el niño no se canse. A medida que vaya creciendo puedes ir aumentado la duración de las sesiones de forma gradual hasta llegar a los 40 minutos, que es el tiempo que se recomienda en un adulto.
10.La frecuencia depende del problema a tratar: si quieres aumentar las defensas de tu hijo pero no está enfermo, bastará con dos sesiones a la semana. Si se trata de un resfriado, gripe o diarrea, con dos veces al día durante tres días puede ser suficiente. Cuando el objetivo sea relajarlo, realiza la sesión en el momento concreto en que el niño esté nervioso.