– Las estrías son unas pequeñas cicatrices, presentadas en forma de finísimas líneas, cuya aparición se produce en más del 80% de las mujeres gestantes, en mayor o menor intensidad.
– Se originan tras la rotura del tejido conjuntivo (elastina y colágeno) cuando éste se estira excesivamente. En las estrías, la piel es más delgada. Podemos decir que, el tamaño medio de estas señales es de 1 a 3 cm. de longitud por 2 mm. de ancho y 1 mm. de produndidad.
– Suelen hacer su aparición a partir del segundo trimestre del embarazo. En un principio, dejan transparentar la fina red de capilares y, por este motivo, su color es rojizo y se presentan ligeramente inflamadas. Posteriormente, en su fase cicatrizal, se van tornando de color blanquecino hasta que, por último, presentan un tono nacarado.
– Lo más conveniente para librarse de ellas es hidratar la piel al máximo.
Nota: recordemos que, cuanto más reciente sea la estría, más posibilidades existen de disimular su tamaño y de atenuar su color.
Y, ¿qué hacemos con las estrías recientes?: en esta fase, se pueden reactivar los tejidos dañados aplicando una crema específica reparadora de estrías, haciéndola penetrar con la ayuda del siguiente masaje.
– Pellizcar entre el pulgar y el índice el fondo de la estría, realizando un movimiento de rodillo con los dedos, aproximandamente, unas diez veces seguidas. En caso de que observemos estrías más reticentes, podemos emplear una de las técnicas de última generación que resulta sencilla de aplicar pero, sobre todo, muy efectiva: mesoterapia, dermolipectomía, microdermoabrasión, ionocinesis con silicio orgánico y/o derma-k.